En la China antigua se avanzó mucho en sismología. Más que nada porque aquella zona es muy activa. Y a la gente, ni ahora ni antes, les gusta ver cómo todas sus cosas desaparecen con un terremoto. Y a los jefazos no les gusta que a la gente le dé por protestar.
Así que posiblemente llegaron a la conclusión de que era mejor prevenir los efectos de un terremoto, que tener que vérselas después con miles de damnificados hambrientos y sin nada que perder.
Además, la destrucción provocada por un terremoto, en aquellas épocas, implicaba un aislamiento y falta de suministros brutal, que podía derivar en una mortandad enorme o en disturbios. Y crear zonas devastadas que ya no contribuirían a las arcas del emperador.
Así construyeron un armatroste como el de la foto que al vibrar por efecto del terremoto dejaba caer una bola en la boca de la rana que marcaba la dirección en la que venían las ondas sísmicas.
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Según parece, de Aristóteles se conservan más textos "científicos" que filosóficos, y aunque la mayoría de sus afirmaciones científicas son incorrectas, sí tienen un valor fundamental: son los primeros intentos de explicar la naturaleza y sus fenómenos de forma razonada y también "natural".
Otra cosa es que los escolásticos, con Tomás de Aquino a la cabeza, le pillaran el gusto de re-escribir, modificar o directamete borrar todo aquello que no se ajustase a sus creencias cristianas. Por ejemplo, Aristóteles consideraba que el mundo era eterno. Eso desapareció porque la Biblia dice que la Tierra la creó dios y que todo tiene un principio y un fin.
Así que lo que se terminó haciendo fue mezclar todo lo que pillaban, para ajustarlo a sus presupuestos y luego decir que sus ideas eran las correctas porque venían de la antigüedad. Fue tal el potaje formado que llegó a haber incluso quien pretendía ajustar las ideas de Aristóteles con las de Platón, que realmente opinaban cosas casi completamente opuestas (como el propio Aristóteles dejó bien claro, aunque Platón fuera su maestro).
Otro problema es la falacia de autoridad, por la cual, dada la importancia y prestigio dado por los escolásticos a Aristóteles, sus ideas incorrectas fueron tomadas como ciertas sin ser analizadas.
Ideas como las de Bede el Venerable (allá por los siglos 7 y 8) quien pensaba que la iglesia cristiana era la solución para la decadencia posterior a la caída del imperio romano. Seguro que le hubiera ido mejor pensando que la iglesia cristiana ERA la causa de esa decadencia del Imperio y no la solución. Pero no se puede esperar más de alguien que estuvo recluido en un monasterio del norte de Inglaterra desde los 7 años y que salió al mundo apenas unas pocas veces (y a saber qué mundo vio).
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Aunque también hay que señalar que, a diferencia de otros contemporáneos, no entendía la Biblia en su sentido literal, por lo que se consideraba más abierto a la influencia del conocimiento científico. Eso sí, las obligaciones monásticas le debían dejar mucho tiempo libre porque parece ser que pudo haber escrito hasta unos 60 libros sobre todos los temas habidos y por haber.
Por cierto, es el que instauró el uso de la cronología centrada en el nacimiento de Jesús (el supuesto año cero), dividiendo desde entonces entra A.C. y D.C. (¡qué gran grupo!).
También rebajó la importancia de lo místico en el mundo físico y creía que había que buscar explicaciones en términos de causa-efecto, intentando obtener leyes generales que fueran internamente consistentes y que no contradijeran las evidencias observables.
Sorprendentemente no terminó en la hoguera. Debe ser que el estar recluido en un monasterio alejado le salvó el pellejo.
Curiosidades varias:
Los astrónomos chinos observaron las manchas solares 12 siglos antes que los europeos. Los primeros textos con referencias a viajes a otros planetas son del siglo II.
Sosígenes: Podría haber sido el que aconsejó a Julio César que el año -45 tuviera 445 días. Era para arreglar el desajuste entre el calendario vigente entonces y el año solar. A raíz de entonces se instauró el calendario juliano (con 365 días y un año bisiesto cada 4) que permaneció vigente hasta el calendario gregoriano del que deriva el actual.
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Y no todos los chinos eran tan espirituales y tan "nueva era". A Wang Ch’ung, por ejemplo, no le gustaba ni el taoísmo ni el confucianismo, sino que prefería el racionalismo y el naturalismo. Llegó a describir la mente como algo puramente mecánico.
Seguro que le fue bastante mal.
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