Decíamos ayer... que ya en la época de los griegos clásicos se discutía sobre la composición de la materia. Leucipo y Demócrito ya sostenían que la materia estaría formada por pequeñas unidades minúsculas e indivisibles, los átomos (que en griego quiere decir, eso, indivisible). Para ellos, los átomos serían eternos (sin principio ni fin), indestructibles e infinitos. Estarían siempre en movimiento a través del vacío y se caracterizarían por su tamaño, forma y "solidez". De esa manera, gracias al movimiento y a los choques-combinaciones-separaciones entre ellos, se formarían las cualidades de las cosas y los cambios entre ellas. El movimiento de esos átomos no estaría determinado por su propia voluntad o por azar, sino por la necesidad o destino. Más tarde, Epicuro (un filósofo que fue mucho más allá del tópico epicúreo) y un discípulo suyo, el poeta Lucrecio , modificaron esas ideas añadiendo el concepto de peso relativo entre diferentes tipos de átomos y la
Que ya son ganas de leer...