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Mostrando entradas de febrero, 2014

Science and its times. Vol 3. 1450 to 1699 (Parte 26)

Decíamos ayer... que ya en la época de los griegos clásicos se discutía sobre la composición de la materia. Leucipo y Demócrito ya sostenían que la materia estaría formada por pequeñas unidades minúsculas e indivisibles, los átomos (que en griego quiere decir, eso, indivisible). Para ellos, los átomos serían eternos (sin principio ni fin), indestructibles e infinitos. Estarían siempre en movimiento a través del vacío y se caracterizarían por su tamaño, forma y "solidez". De esa manera, gracias al movimiento y a los choques-combinaciones-separaciones entre ellos, se formarían las cualidades de las cosas y los cambios entre ellas. El movimiento de esos átomos no estaría determinado por su propia voluntad o por azar, sino por la necesidad o destino. Más tarde, Epicuro (un filósofo que fue mucho más allá del tópico epicúreo) y un discípulo suyo, el poeta Lucrecio , modificaron esas ideas añadiendo el concepto de peso relativo entre diferentes tipos de átomos y la

Science and its times. Vol 3. 1450 to 1699 (Parte 25)

Hay aspectos de la naturaleza que supongo siempre han sido motivo de reflexión, incluso desde que somos seres humanos. Uno de ellos está relacionado con nuestra principal manera de interactuar con el entorno: la vista. Tal vez nuestro sentido más importante, y el que claramente nos permite conocer la mayor parte de lo que nos rodea. Y es tan importante que ya se sabe que los antiguos filósofos griegos se dedicaron al asunto de entender cómo es el proceso de la visión. Los atomistas aceptaban la explicación de Leucipo (allá por el siglo -IV) de que los objetos eran los que emitían pequeñas imágenes completas de sí mismos. Esas imágenes viajarían por el aire y entrarían, literalmente, por los ojos. Es lo que se llama la teoría de la " intromisión ". Por su parte, los seguidores de Pitágoras aceptaban la teoría opuesta, la " extromisión ": En este caso sería el ojo el que emitiría una especie de fuego invisible que tocaría los objetos revelando así su as