En ocasiones se pretende reducir la contribución del Islám al avance de la ciencia y, por tanto de la sociedad, minimizando sus aportaciones reduciéndolas sólo a ser los traductores de los libros de la antigüedad.
Unos textos que los cristianos de Europa tuvieron mucho interés en destruir.
Así que aunque sólo sea por preservar esa fuente de conocimientos (mucha o poca, nunca lo sabremos gracias a los cristianos) ya merecen todo nuestro agradecimiento. Porque fue gracias a esas traducciones que al final d la Edad Media empezaron a ser conocidos en Europa.
Nuestro agradecimiento, pero también nuestra tristeza por lo que después se ha convertido el Islám.
¿Por qué los musulmanes se implicaron con tanto interés en la preservación y traducción de los textos científicos antiguos?
Primero, porque bajo el gobierno de la dinastía abásida se alcanzó una época de tranquilidad política, con lo que había dinero para este tipo de actividades, muy caras al hacerse a mano y también a la carestía de los soportes y materiales.
Y que el centro de poder se trasladase a Bagdad no es algo de menor importancia. Allí era una zona de origen de dos grupos cismáticos de los cristianos: los monofisitas y los nestorianos, expulsados de Europa por el imperio bizantino.
Y esos grupos llevaban ya tiempo traduciendo textos griegos al sirio. Por lo que los musulmanes se encontraron textos accesibles y profesionales de la traducción.
Además, en aquella época el Islám tenía una actitud mucho más favorable hacia la cultura y el conocimiento, incluso aquel que proviniese de otros pueblos o lugares. Eso es debido a que por entonces, no eran tan intolerantes y aceptaban que podía haber verdad fuera de su propia religión.
Algo que a los cristianos les costó un poco más aceptar.
Por tanto, se encontraron en una zona con información y conocimiento que podía serles de utilidad y se dedicaron a recopilarlo y ampliarlo. Sobre todo después de importar de China la tecnología para hacer papel: libros más baratos y accesibles que en Europa.
Afortunadamente hubo una transmisión entre las dos culturas, sobre todo en tres partes donde el intercambio fue más intenso, a partir del siglo XI hasta el XIII: El sur de Sicilia, la zona de Tierra Santa y España. Sin duda, la situación en España fue la más favorable para que el conocimiento adquirido y desarrollado en el Islám fuera entrando en el resto de Europa.
¿Por qué España? Porque ya estaba bajo mando musulmán desde el siglo VIII, y más o menos bien, hubo convivencia entre cristianos, judíos y musulmanes. Sobre todo bajo la dinastía Umayya entre los siglos XI y XII.
En esa época los eruditos se manejaban en varios idiomas, facilitando las diferentes traducciones de textos. Y además, eran centros culturales y técnicos que atraían a otros eruditos de fuera de sus fronteras.
Y durante la posterior reconquista, muchos de los libros que no fueron destruidos, pasaron a manos cristianas, como en Toledo allá por 1085. Libros que llegaron a ser conocidos tan lejos como Gales o Escandinavia.
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