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Science and its times. Vol 3. 1450 to 1699 (Parte 15)

Todo el mundo conoce más o menos las historias de los cultivos y plantas traídos del Nuevo Mundo: el maíz, el tabaco (curiosamente, al principio se creía que tenía propiedades anticancerígenas), las patatas (que vinieron de América del Sur a Europa para luego regresar a América del Norte), el azúcar de caña..-

Pero también hubo el viaje en sentido contrario. Y el Viejo Mundo exportó sus cultivos, y lo que posiblemente es peor, la agricultura intensiva en unos campos que parecían infinitos. También llevaron ganado (vacas, cerdos, gallinas, cabras, ovejas), así como ratas  y malas hierbas.

Los europeos introdujeron la agricultura de grandes extensiones, lo que implicó la desaparición de especies propias y el talado de grandes extensiones. Las nuevas plantaciones y especies no siempre eran aptas para el consumo de los animales del lugar, por lo que sus poblaciones se fueron reduciendo.

Y esas grandes plantaciones exigían mucha mano de obra. Una mano de obra que se obtuvo de las poblaciones indígenas, incluso a la fuerza (y a costa de echarles de sus lugares).

Por su parte, la introducción de nuevos animales originó la aparición de un fenómeno nuevo: los nuevos animales que se escapaban no tenía predadores naturales, por lo que se reproducían sin límite compitiendo con los animales autóctonos por los recursos naturales. Por no hablar de las cada vez más grandes necesidades de pastos para los nuevos rebaños y de las nuevas enfermedades transmitidas por esos nuevos animales.

Y llegamos a lo más importante: la introducción de nuevas enfermedades a los nativos. Ya en 1518 la población nativa era tan escasa que para trabajar en la agricultura se empezó a llevar esclavos africanos. Y la distribución demográfica de las poblaciones nativas (muy dispersa, con pocos núcleos urbanos de muchos habitantes) no era la adecuada para soportar la aparición de enfermedades epidémicas. Luego, las rutas comerciales y los movimientos humanos hicieron el resto en la expansión de esas enfermedades.

Por supuesto, en América ya había enfermedades antes de llegar Colón. Así, por ejemplo, hay controversia sobre dónde se originó realmente la sífilis o la fiebre amarilla (cuyos síntomas pueden confundirse con la malaria, por ejemplo). Es trabajo de los inmunólogos y de los entomólogos el aclarar el origen de estas y otras enfermedades.

Sí parece haber acuerdo en que la población precolombina podría estar entre 8 y 30 millones de personas. Y que hacia 1650 la población nativa podría haber desaparecido en un 90% por la acción de las enfermedades importadas y malas cosechas (con la consiguiente escasez de alimentos). Como ejemplo se suele señalar que la población de la primera isla a la que arribó Colón (Haití y República Dominicana, por entonces la isla Hispaniola) ascendería a unos 4 millones de nativos y que en 1508 quedarían menos de 100000. Y en 1570 se consideraban prácticamente desaparecidos de toda el área caribeña.

Una de las primeras epidemias podría haber sido la de la gripe porcina originada por los cerdos llevados por Colón en su segundo viaje en 1493 desde las Islas Canarias. La viruela pasaría desde Hispaniola a Cuba, luego a México y el resto del imperio Inca, acabando con casi la mitad de la población.
Por cierto, por esa época la viruela también afectaba a Europa, pero principalmente a los niños, pues los adultos solían ser inmunes.

En números redondos, se acepta actualmente que la mortalidad de la gripe porcina estaría en torno al 25%, la viruela en torno al 40%, el sarampión en torno al 25% y el tifus podría haber llegado al 40%. Por supuesto son valores respecto a población enferma, no sobre la población total. 

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