¿Qué se necesita para que una sociedad avance en conocimiento y tecnología? Pues estabilidad social. Y para ello hay que tener el estómago lleno. Es decir, en aquella época una buena agricultura y una buena organización urbana.
Una buena agricultura para que no todo el mundo tenga que estar con la espalda doblada en el campo y una buena organización del suministro alimentario para que las ciudades puedan desarrollarse. De esa manera, los científicos, los técnicos (y los artistas) tienen las condiciones para desarrollar sus talentos.
Un ejemplo es el del chino Shen Kua. El primero en considerar que los fósiles representaban los restos de animales del pasado y que las rocas en las que se encontraban podían servir para suponer el clima de la época.
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También fue el primero en sugerir que el uso de carbón vegetal acabaría con los árboles y que sería mejor opción usar carbón mineral.
Y se dio cuenta de la importancia de tener datos experimentales para hacer ciencia, recopilando diariamente muchos fenómenos astronómicos: eclipses, movimiento de los planetas (fue el primero en usar la trigonometría para describirlos), actividad solar (las famosas manchas solares), incluso una supernova. Una tarea que se mostró tan útil que se siguió realizando mucho tiempo después de su muerte
Así como su contribución más duradera: las brújulas de agujas magnetizadas para marcar la dirección.
Nosotros tuvimos que esperar hasta casi el final de la Edad Media para que empezasen a surgir las universidades.
Aunque su primitivo origen pueda retrocederse hasta el sigo I, con Marco Terentio Varro y su división del saber en las nueve artes liberales: gramática, retórica y lógica (el trivium), aritmética, geometría, astronomía y música (el quadrivium), y la medicina y la arquitectura. Aunque estas dos últimas se especializaron tanto que salieron del grupo y al final quedaron las siete artes liberales que formaron el cuadro educativo del Imperio Romano.
Cuando el parasitismo cristiano fue apoderándose del conocimiento (bueno, lo que quedaba después de la hoguera), a partir del siglo IV los monasterios se transformaron en centros de adoctrinamiento y aprendizaje. Así, en esos monasterios se localizaban las escuelas para los novicios (incluso en algunas se permitía la presencia de los niños de la zona, principalmente de las familias ricas) y se conservaban bibliotecas y los llamados scriptoria donde se copiaban a mano los libros permitidos.
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Evidentemente, esta "educación" era doctrinal basada en textos religiosos, comentarios permitidos y demás escritos devocionales.
A partir del siglo IV se instauró el principio marcado por Agustín de que el estudio de la naturaleza debía ser la criada de la devoción religiosa. A pesar de todo, un avance.
Y en el siglo X comienza un revival de la cultura egipcia (coincidiendo con el imperio carolingio) gracias a los textos musulmanes, que se usaron como referencia durante 400 años.
Pero también empezaron los "problemas" porque los textos aristotélicos ponían en solfa las trágalas religiosas con sus afirmaciones sobre la naturaleza. Así que a los papas les ardía la mano firmando prohibiciones y anatemas contra Aristóteles. Pero el muchacho seguía teniendo éxito ente los eruditos, con lo que se inventó la escolástica, que fue hacer decir a Aristóteles lo que los cristianos querían (si no puedes con el enemigo, reescribe sus textos).
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