El capítulo 7 se titula algo así como: ¿Eres la misma persona que hace un minuto?
Debido a las reacciones metabólicas que ocurren continuamente y considerando a las personas a nivel atómico-molecular, está claro que no.
En un lapso de 40 años, se puede considerar que todos los átomos que formaban parte de nuestro cuerpo han sido completamente reemplazados.
Por no hablar de la posición espacio-tiempo, que está en constante cambio (rotación-traslación de la Tierra).
Realmente de lo que se trata es de decir quién soy y sobre la autoconciencia. Un asunto con mucha filosofía, pero que no sé si tiene que ver con la ciencia y si tan siquiera es importante (algo así como filosofar sobre los círculos cuadrados o los caballos con alas).
El autor parece relacionarlo con aspectos del control gubernamental sobre nuestra vida (¿pero no controla más nuestra vida Google y demás empresas privadas?). Siempre se acusa a los gobiernos de querer ser el Gran Hermano, pero la mayor parte de ficheros de datos y de recopilación de información la hacen empresas privadas (bancos, internet, compras, seguros,...).
También habla el autor de la posibilidad de “vivir” otras vidas en internet tipo Second Life.
Ciertamente, o no he entendido lo que escribe el autor, o no le veo relación con lo de la autoconciencia esa.
Es posible que los enfermos metales o con problemas de personalidad puedan realmente no tener una continuidad de existencia, que es lo que hace que tengamos auto-conciencia sobre quién somos.
Usar el alma como la esencia de lo que somos choca con un escollo importante, no se ha demostrado su existencia. La explicación sin tener que recurrir al alma es más sencilla que todos los problemas que introduce considerar que hay alma (¿dónde está, cómo funciona, cómo interactúa con el cuerpo, cómo se puede poner de manifiesto...?).
Una máquina de teletransporte “real” (que trasladase los átomos de una persona del lugar A al B) parece ser que destruiría al original, pues entrarían en liza efectos cuánticos (el principio de incertidumbre de Heisenberg es casi tan jodido como el segundo principio de la Termodinámica). Además, la potencia de cálculo para determinar todos los parámetros necesarios para obtener la información de todas y cada una de las partículas que formar un único cuerpo (posiblemente un número del mismo orden de magnitud que el de todas las estrellas del Universo) es tan brutal que habría que tener máquinas sólo imaginables. Así que conjeturar sobre la presencia de copias clónicas de personas (que fuesen literalmente la misma, no clones de ingeniería genética, que se podrían distinguir a nivel molecular) que implicarían asuntos legales, sólo son pajas mentales. A lo mejor dentro de uno o dos siglos fuese posible, pero no veo yo el futuro a dos siglos muy favorable.
Si se pierden los recuerdos (Alzheimer), ¿se pierde la esencia del ser? ¿Se es otra persona?
¿Qué pasa con los recuerdos inventados? Se han hecho experimentos en los que los participantes llegaron a asumir como ciertos recuerdos de su infancia falsos (los asumían como propios sólo porque les parecían lógicos). O lo que cuenta un testigo (o un acusado), sobre todo respondiendo a preguntas “intencionadas” ¿es fiable?
Dicen que el 1% de los americanos (en torno a 3 millones) creen que han sido abducidos (¿a cuántos les metieron la famosa sonda anal?). Muchos de ellos se enteran de su abducción en sesiones de hipnosis (confiemos que la sonda anal no se la metan también durante esas sesiones, que hay por ahí mucho hipnotizador salido). Lo que parecen tener en común los abducidos es una creencia total en paranormalidades varias. Cuando no son los propios curanderos los que sugieren la abducción como explicación a los síntomas. Clarísimo ejemplo de recuerdos inventados.
¿Por qué es casi imposible recordar algo de nuestro primer año de vida, una vez que somos adultos? Posiblemente debido a que los recuerdos generados en un cerebro en formación terminan perdiéndose.
Lo dicho. Lo de la autoconciencia y lo de si somos los mismos cuando pasa el tiempo, un batiburrillo muy interesante para hablar y hablar. Pero no me parece que sea una cuestión extrema de la ciencia. Simplemente se va a ir ampliando el concocimiento y las posibilidades a medida que avance la tecnología.
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