El capítulo 1 está dedicado a la posible inteligencia animal.
Según el autor, si se confirman los resultados de los experimentos que se están llevando a cabo, los nuevos conocimientos sobre cognición animal pueden cambiar completamente la relación moral y ética entre animales y humanos.
En la actualidad se han establecido una serie de marcadores (el autor dice que hay 7 pero sólo señala 6)) para determinar la capacidad de “sentir” en especies animales:
Capacidad para saber o intuir qué está pensando otro ser (lo que se llama Teoría de la mente).
Uso de herramientas.
Habilidades emocionales y empáticas.
Habilidad para imitar.
Lenguaje.
Metacognición (habilidad para pensar sobre el pensamiento).
Se supone que la especie animal que pueda responder afirmativamente a estos marcadores será una especie de tipo "humano". conseguir demostrar esto es realmente difícil, porque hay que diseñar experimentos para comprobarlo de forma que las conclusiones puedan ser irrefutables (y cuando se entra en la interpretación de resultados, sobre todo en esta clase de experimentos, los sesgos pueden llevar a conclusiones casi contrarias).
Todos conocemos casos de animales (los primates, por ejemplo o delfines, o incluso el perro del vecino) capaces de hacer cosas o mostrar un comportamiento que casi sin duda calificaríamos como "humano". Pero no esteremos calificando como comportamiento posible lo que no dejan de ser actuaciones anecdóticas de individuos notablemente capacitados frente al resto de su especie (como si estudiásemos la capacidad de salto de un atleta de élite y extrapolásemos esa característica al resto de las personas). Sin olvidar el sesgo de la interpretación humana de comportamientos animales.
Allá por los años 70, se diseñó un experimento para conocer las capacidades cognitivas de los animales. La llamada prueba del espejo, en la que el sujeto debe reconocerse a sí mismo en su imagen reflejada. Es decir, debe ser capaz de saber qué es él y que lo que está viendo no es otro animal.
Las especies que han superado esa prueba son: humanos mayores de 2 años, varias especies de primates (chimpancés, orangutanes, bonobos), delfines y elefantes. Pero hay otras especies sobre las que se tiene duda de si pasaron la prueba o no, algunas de ellas realmente no se nos ocurrirían si nos lo pensamos: gorilas y.... PALOMAS.
Sorprendente lo de las palomas que se auto-reconocen. Pero hay que tener en cuenta que la prueba del espejo es exclusivamente visual. ¿Qué resultados se podrían obtener si se realizase esa prueba con animales cuyo principal sentido no es el de la vista? ¿Un murciélago sería capaz de auto-reconocerse a partir de los ultrasonidos?
¿Valdrían como criterio de "humanidad" las emociones? No las primarias (amor, miedo...) sino las que impliquen mecanismos sofisticados: celos, sarcasmo. Ya se ha observado ese tipo de comportamiento en primates.
¿Tiene algo que ver con la inteligencia la relación de tamaño entre el cerebro y el resto del cuerpo?
Para sorprenderse: Los cuervos tienen una relación de tamaño cerebro/cuerpo similar a la de los chimpancés. Y el comportamiento de los cuervos es realmente sofisticado.
Pero hay animales cuyo cerebro es mayor de lo que les correspondería por cuerpo. Por ejemplo, algunos loros.
Realmente algunos pájaros tienen un comportamiento sorprendente tanto en laboratorio como en cautividad: flexibilidad de comportamiento, actuar según lo que otros pájaros puedan estar “pensando”, planificar.
Hay investigaciones con resultados sorprendentes. Pero mi principal duda es experimental. Los investigadores son humanos y las pruebas son diseñadas para ver parámetros o habilidades humanas. Efectivamente, habría que pensar que otras especies no necesariamente deben regirse por parámetros humanos. ¿Es posible que los criterios usados para determinar las capacidades mentales de otras especies sólo pueden aplicarse a los seres humanos?
En esencia, estos experimentos e investigaciones lo que buscan es determinar cuán parecidos son los animales a los seres humanos. Por eso se estudian habilidades humanas y sentimientos y formas de razonar humanas. Y eso puede ser interesante para averiguar cuántos parientes tenemos y cuánto se parecen a nosotros. Pero habría que considerar que animales no humanos puedan tener auto-consciencia no humana y, por tanto, los parámetros humanos no valgan como sistema de medida.
O es que realmente, sólo los humanos son y se comportan como humanos.
Pero haciendo un poco de ciencia-ficción, ¿cuántas especies puede haber con comportamientos casi-humanos? ¿10-20? Eso apenas representaría una ínfima parte de las especies animales. Pero ciertamente podría originar grandes problemas sociales.
Si se conceden derechos a ciertos animales, similares a los derechos humanos, ¿tendrán también obligaciones y responsabilidades humanas? ¿Podría votar un primate (vaya, aunque escribí esto hace tiempo, coincide ahora con la película esa de la pre-cuela del Planeta de los Simios) o haber familias persona-simio (creo que desde el punto de vista reproductivo no es posible biológicamente el cruce de especies entre primates y humanos, pero la química hace maravillas). Ciertamente ente los humanos también nos limitamos los derechos y obligaciones: enfermedades, infancia, discapacidades, riqueza.
Pero, si se conceden derechos “humanos” a otras especies, ¿dónde estará el límite? No se trata sólo de acabar con la experimentación con animales. Con el avance de los modelos matemáticos puede que más pronto que tarde queden obsoletas. Y se pueden aplicar protocolos con pruebas con humanos como ya se hace con los medicamentos. Sacarlos de los zoos también es cuestión de tiempo. Por tanto, no parece necesario complicar el asunto con aspectos éticos, morales y legales.
Si se conceden derechos “humanos”, ¿se les conceden todos o habrá que crear excepciones y unos sí y otros no? O sea que según sea más o menos humano, ¿se le concederán más o menos derechos? La complicación de cuantificar cuánto de "humana" es otra especie es obvia.
¿Se permitirán las relaciones entre las especies clasificadas como “humanas”? Desde el punto de vista biológico parece difícil que esas relaciones den “frutos”. Pero si los humanos tenemos derecho a elegir con quién y cómo nos relacionamos ¿qué “derecho” lo puede impedir? O si está prohibido, ¿quién va a controlar que se cumple?
En resumen, los primates tendrán "derechos" convenientemente "adaptados" y se convertirán en mano de obra barata y como exóticos juguetes (¿es lo que pasa en la pre-cuela del Primate de los Simios?). No creo que lleguemos a ver nunca que los primates tengan derechos totalmente “humanos”. No se utilizarán como animales de laboratorio y se prohibirá que vivan en los zoos. Por tanto, sus”derechos” se reducirán a que se les enviará a su entorno natural, y se procurará que cada uno siga por su lado. Es lo más sencillo y lo que permitirán los que mandan.
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