INTRODUCCIÓN: AHORA MÁS IMPORTANTE QUE NUNCA-LAS VOCES DE LA RAZÓN
Es un recopilatorio de por qué son ateos 50 personas (de los ámbitos científico, filosófico, artístico y político). Consideran los editores del libro que es una época en la que se necesitan las Voces de la Razón frente al fanatismo religioso que impide "la discusión entre las ideologías religiosas y las alternativas humanistas".
Señalan que los críticos con las religiones reciben amenazas de muerte, de tal manera que cada vez es más difícil mantener "encendida la lámpara de la razón". Ahora se pide "respeto" para los fanáticos religiosos, pero hay que proclamar bien claro sus intenciones de coartar la libertad de los que no creen (y de los que creen en otras religiones).
En casi todos los países (incluso en la ONU) los creyentes quieren institucionalizar la persecución contra la "difamación de la religión". No es más que un intento de censura para acallar cualquier voz crítica y eliminar a los enemigos. La religión como excusa para atacar (incluso mediante violencia, matanzas y atentados). Ya hay suficientes leyes que protegen el honor y castigan las mentiras. Ese no es su objetivo: Lo que buscan es poder acusar a los que no les gustan. La libertad de expresión, sólo para ellos.
Aquí en España tenemos recientes pruebas de su fanatismo, a través, por ejemplo de asociaciones de abogados que usan el sistema judicial para acallar la crítica. Y cuentan con el apoyo de jueces también creyentes y muy politizados (hacia la derecha) gustosos de colaborar en la tarea censora. Aplican a raperos leyes antiterroristas, cómo no van a perseguir a los que se ríen de la religión?
La religión es tan criticable como cualquier otro aspecto de la sociedad. Y también puede ser objeto de la sátira y la ironía. Las creencias religiosas tienen la misma categoría moral que las demás. Pero son creencias y, por tanto, deberían mantenerse en el ámbito personal. Que alguien se sienta ofendido porque otro tiene otras creencias o se burla de las suyas es una clara prueba de la debilidad de esas creencias. Sigue con lo tuyo y déjame a mí con lo mío. Sobre todo, porque el poder político y el judicial te apoyan más a ti (y tus ruidosas procesiones o la injerencia de la religión en la educación) que a mí. Nadie lleva a juicio a los ultras que desde los púlpitos piden golpes de estado sólo porque quien gobierna no es de los suyos.
Hay algo que debería estar más que claro: No hay pruebas de la existencia de ningún dios. Y no hay ninguna obligación de aceptar las creencias religiosas como parte del funcionamiento social. La religión es un asunto para mantener en las casas y en las iglesias, no en el código civil ni, mucho menos, en el código penal. Pero dado que quieren hacerlo público, pues también tienen que someterse a la crítica, sin privilegios.
Como dijo R. Dawkins, el mundo actual ha llevado a una "desilusión de Dios". Qué culpa tenemos los demás de que su castillo de humo se desmorone?
Ya desde la Grecia clásica se criticaba la injerencia de la religión en los asuntos humanos, el ansia de controlar nuestras vidas. A eso hay que sumar el afán por enriquecerse y la generación de guerras y conflictos. Ese es el legado de la religión: Más mal que bien. Por eso siempre quieren controlar el poder económico y político, más o menos desde la sombra. Porque, posiblemente, saben de sobra la falsedad del entramado que construyeron a lo largo de los siglos.
Nadie discute la libertad de que piensen que existe un dios omnipotente que te regalará una vida eterna si cumples una serie de mandatos más o menos ridículos (o mueras en el intento, matando a todos los que puedas en el camino). Las miserias humanas son muy grandes como para no desear un happy end. Pero yo no tengo porqué creerlo ni vivir con un código civil basado en una religión.
El fanatismo religioso está tomando cada vez más cuotas de poder. Quieren que sus prejuicios se enseñen obligatoriamente en los colegios. Quieren que los políticos, los jueces y los policías acaben con los que no se someten a sus dictados. Hay países que presumen de democracia, en los que no se aceptaría a un ateo como presidente o en los que la secta católica no paga apenas impuestos (y recibe millones del estado, al mismo tiempo que se apodera de todas las posesiones que puede).
No hay un solo aspecto de la sociedad en la que se necesite la religión, y hay aspectos sociales en los que la religión es la causa de conflictos. Pero los contrarios a la civilización prefieren regirse por libros producto de la "imaginación humana" elevados a la categoría de sagrados. Y quieren obligarnos a que lo sean también para todos los demás.
El ser humano es dueño de su destino. Los ansiosos de poder quieren que nos creamos que su dios es la única solución.
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Este póster es un ejemplo del nivel intelectual de los fanáticos a los que parece molestarle tanto lo que piensen los demás. Por eso son peligrosos. No dudan en mentir para imponer su autoritarismo. Aprendices de dictadores usando a dictadores (pero no de los suyos. Debe ser que los dictadores que creen en dios son menos dictadores). Pobre Marx.
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