El segundo capítulo se titula Evolution and law.
Imagino que se refiere a las leyes científicas (la ley de Boyle...) como principios firmemente establecidos y aceptados por todos.
El problema es que el autor también considera sus creencias cristianas como leyes y, por tanto, no admite dudas sobre ellas.
Ya sabemos: Los demás tienen que demostrar lo que dicen, él no.
Recordemos que a Iverach le gustaba (aunque no la aceptaba completamente por no incluir a dios) la idea de una nebulosa primigenia de la que se desarrollaría (evolucionaría, según los proponentes de la idea. Por eso Iverach no la aceptaba completamente) el cosmos hasta llegar al estado actual. Como a él esa explicación le parece racional e inteligible (pero para nada tiene que ser cierta, lo que se salta con clarísima intención), quiere que la explicación evolutiva también sea racional e inteligible.
- Inteligible, según el diccionario de la RAE es: "Que puede ser entendido". Pero en su segunda acepción dice: "Que es materia de puro conocimiento, sin intervención de los sentidos".
Es decir, que no tiene que ser real, simplemente especulación mental (como lo de razonar el día a día de un unicornio, o los experimentos mentales de los físicos).
De sobras es conocida la gran capacidad del cristianismo de apropiarse y retorcer las cosas de los demás para hacerlas pareces suyas.
Que los científicos descubren leyes sobre la naturaleza? Prueba de la sabiduría de dios. Con dos cojones.
Luego,en un acto de claro cinismo, dice que no duda de que los científicos sepan distinguir entre lo cierto y lo especulativo!!
Y que los cristianos, sí ellos, tienen el derecho de esperar que los científicos separen las hipótesis de las leyes científicas demostradas!!!!
La soberbia del creyente no tiene límites.
El caso es que el argumento está claro: A él le gusta la idea de la nebulosa primigenia, que explica con todo detalle (idea que posteriormente se demostró incorrecta), porque es lógica a inteligible y, para él, eso lo convierte en una aceptable (pero incompleta, pues incluye la evolución y no a dios) explicación. Pero no le gusta realmente la evolución (totalmente demostrada como cierta), por lo que la degrada a mera hipótesis, ya que no le parece ni lógica ni inteligible.
Como no es capaz de asociar la evolución a las características especulativas sobre esa nebulosa primigenia, deduce que es la evolución la incorrecta, en vez de cuestionar la idoneidad de la nebulosa como explicación.
Pobre evolución, sometida al examen de explicar algo incorrecto... Y como falla, pues es claramente una prueba de su falsedad.
Un argumento de gran altura, sí.
Sobre todo porque después de dedicar varias páginas a señalar los puntos oscuros de esa idea, tiene el morro de escribir que ellos "no son de los que buscan constantemente imperfecciones en... cualquier teoría con el objeto de encontrar una grieta por la que pueda entrar el argumento teísta".
Y luego, en un alarde de bipolaridad... "cada nuevo descubrimiento es un nuevo y fresco testimonio de teísmo y cada nueva ley descubierta... es sólo un... argumento a favor de Dios, la inteligencia como fuente del orden y la única base de las leyes (científicas)".
Que las leyes científicas son sólo un pálido reflejo de la realidad y que no podemos pretender usarlas para entender la naturaleza.
Y para terminar el capítulo vuelva a la carga conque la idea (él lo llama ley) de la causalidad (que según él indica que el efecto debe poder ser explicado por una causa adecuada) no implica que el efecto sea más complejo que la causa.
Por tanto, de la nada no puede surgir nada, y la causa de la evolución no puede ser más simple que el resultado.
Cómo va a ser posible esa barbaridad si para él la causa adecuada para todo es dios!
Así que, una vez más, queda probada la existencia de dios.
Me reitero, con dos cojones!
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