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Science and its times. Vol 2. 700 to 1499 (Parte 31)

Otra innovación surgida durante la Edad Media se suele conocer como la Revolución Comercial.

Fue entonces cuando se cambió el sistema de comercio inter-regional que venía del Imperio Romano por feudos auto-suficientes: en la misma zona se disponía de todo los necesario para subsistir. Y el señor feudal tenía un control completo sobre todos los habitantes de su dominio. Fue el feudalismo.

Dado que los religiosos eran los que disponían de mejor acceso a la educación, sobre todo al inicio de la Edad Media, se fueron haciendo imprescindibles en la gobernanza de esos feudos. Así se inició la burocracia, dominada por la religión: Gracias a ella se pudieron organizar las cruzadas (sobre todo las primeras, de mayor afluencia).

Las cruzadas fueron un desastre militar, pero tuvieron un mayor impacto cultural y económico: se importaron cultivos y técnicas desconocidas en Europa, como la herradura y el arado de acero. Con ello se mejoró la agricultura hasta niveles nunca conocidos y se pudo usar al caballo como una fuerza motriz importante (y su participación en las guerras también).

La introducción del sistema de la triple rotación de cosechas: así se mejoró el rendimiento de las tierras y la dieta de los campesinos y sus animales.

Este aumento de riqueza motivó una revitalización del comercio.

Por no hablar de la importancia del comercio marítimo, sobre todo el mar Báltico y en el mar del Norte, que dio lugar a la formación  de la primera federación europea conocida como la Liga Hanseática.

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 A lo lago de esas rutas comerciales se establecieron ferias, que luego permitieron asentamientos comerciales y, finalmente, nuevas poblaciones.

Y estas nuevas ciudades también fueron innovadoras. Hasta entonces y en otras partes del mundo, los gobernantes siempre quisieron tener un control estricto sobre los centros urbanos de sus dominios: leyes e impuestos limitaban la iniciativa de los mercaderes.

Ahora las nuevas ciudades surgidas del comercio tenían una clara independencia respecto a los gobernantes. Una especie de proto-capitalismo, donde los mercaderes, en lugar de la nobleza, dirigían la economía. Así empezó a perder influencia el señor feudal y la Edad Media finalizaba. Tal vez fuera el inicio de la famosa clase media.

Es por este cambio de paradigma por lo que se habla de una Revolución Comercial. Se pasaba del feudo que era auto-suficiente, a un nuevo orden donde el comercio de bienes trasladó el centro de control del campo a las áreas urbanas. El señor feudal, aislado en su castillo apartado de las ciudades, no tuvo más remedio que ceder el poder a los mercaderes.

Cuando había muchos señores feudales, los comerciantes iban de un lugar a otro pagando tasas. Así que encontraron más rentable pagar sólo al rey de forma anual y tener autorización para moverse libremente por todo el reino.

Por su parte, el rey veía en ello una oportunidad de tener ingresos (que dedicar, por ejemplo, a tener un ejército propio) y, al mismo tiempo, disminuir el poder se sus vasallos nobles (que anteriormente le proporcionaban al rey el ejército).

Además, el uso de los cañones (que hacían mucha pupita en los castillos) y el uso de arcos de mayor tamaño (que permitía que cualquiera lanzase flechas capaces de atravesar las armaduras de los caballeros) también contribuyeron a la disminución del poder feudal.

Un aspecto negativo de este sistema comercial fue la aparición del antisemitismo: se precisaba un incipiente sistema bancario de depósitos y préstamos. Algo que generaba un problema, pues el cristianismo prohibía la usura. Por tanto, ese oficio no podía ser ejercido por cristianos, pero era necesario para mantener el sistema recién creado.

Consecuencia: la mayor parte de ese negocio estuvo en manos de judíos, cuya religión no prohibía la usura.

Y de ahí viene el estereotipo del judío usurero y dueño del dinero, que todavía hoy persiste.

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